Dicen que el Rayo es nuestra bestia negra. No lo creo. Ayer el Betis no pudo jugar peor. Era imposible. Uno en la grada, se pregunta como es posible no arreglar el desaguisado sobre la marcha. Se enfada. Incluso se cabrea. Pero a eso de la mitad de la segunda parte, cuando el marcador ya era adverso, se resigna y consigue pensar y llega a la conclusión, de que hay jugadores que tienen un mal día. Que ellos son los primeros en saberlo y termina aceptando la realidad; hoy es un milagro si el Betis consigue un punto al menos.
Pero esto también tiene otra lectura, cual es que si se repite mucho, ya no es cuestión que el futbolista haya tenido un mal día, es que es muy malo.
Y en esto están jugadores como Chica, Dorado o el mismo Pereira. Y junto a ellos se acerca al abismo el portero Fabricio. Yo sigo teniendo confianza en él... pero todo no es duradero en esta vida.
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